Los mil matices de la música: "La luz, el lugar: así elijo las notas".

LAVENO MOMBELLO (Varese)
Un talento inigualable y un deseo único de experimentar hacen de Jacopo Taddei uno de los saxofonistas europeos más interesantes y apreciados por el público y la crítica internacional. Esta noche, Laveno Mombello (Varese) da la bienvenida al ecléctico artista y a Samuele Telari al acordeón. El programa incluye música de Kreisler, Williams, Vivaldi, Paganini, Corea e Iorio; el concierto comienza a las 21:00 h en el Claustro del Palazzo Perabò, Lungolago Perabò 5. Nacido en 1996 en Portoferraio (Isla de Elba) y formado en el Conservatorio de Milán, Jacopo Taddei reside actualmente en Düsseldorf y colabora con el Cuarteto de Saxofones Signum. Empático y directo, el saxofonista habla de sus interpretaciones.
Maestro, ¿cómo elige el programa para una noche de verano?
Para mí, un programa siempre surge de una intuición, de una necesidad artística que surge en un momento determinado. Es un gesto que busca la coherencia con el lugar y el tiempo: en una tarde de verano, por ejemplo, el entorno exterior, la luz cambiante, influyen inevitablemente en la elección e incluso en la atmósfera de la música.
¿Y por una temporada en una sala de conciertos?
La regla no cambia, pero sí el panorama auditivo. En una sala de conciertos, la acústica, el silencio, el ritual de escuchar en un espacio cerrado abren nuevas posibilidades: hay repertorios que florecen con naturalidad. Aun así, el punto de partida sigue siendo el mismo: una idea, una necesidad interior que cobra forma según el contexto. Un programa, en definitiva, es el intento de transformar una intuición en una experiencia compartida.
¿Qué crees que recibirás de tus colegas de Signum Saxophone?
Con mis colegas, es un intercambio constante: un intercambio profundo, basado en la escucha, la confianza y el crecimiento mutuo. Trabajar juntos significa cuestionar certezas, abrir nuevas perspectivas y aprender cada día. La curiosidad es la fuerza motriz: nos impulsa a buscar, a investigar la verdad a través del arte. Incluso nuestros programas, desde el homenaje a AC/DC hasta los arreglos de Haydn en nuestro último álbum, nacen de este impulso compartido: explorar los límites del instrumento, reinventarlo y ofrecer una visión personal y compartida.
¿Y qué pasa con la actividad en solitario?
"El mismo principio se aplica: curiosidad, intercambio, investigación continua. Incluso como solista, el trabajo nace
de la comparación, y lo que más me enriquece es el encuentro con personas artísticamente auténticas,
con el que a menudo surgen vínculos profundos, incluso a nivel humano. Esta es, al final, la verdadera
“El valor de hacer música, juntos o solos”.
A los 14 años dejó Elba para estudiar en Milán. Según recuerda,
¿momento?
"Lo viví con entusiasmo: para mí, el cambio siempre ha sido una posibilidad, una forma de renacimiento. Tengo recuerdos maravillosos de aquellos años, con un toque de nostalgia. Y le debo mucho a
"apoyo constante de mi familia."
¿Cuando descubriste el saxofón?
Tenía unos 8 años y aún vivía en la isla de Elba. Me llevaron a un ensayo de la banda local, y la elección fue completamente instintiva: señalé el instrumento que, quizás por su forma o sonido, más me impactó. Era el saxofón.
Il Giorno